DEVOLVAMOS EL “USTED” A LAS AULAS
¿Es necesario el “usted” en las aulas para que el respeto y la buena convivencia vuelvan a las mismas? El que tengamos que hablar de un tema como este deja mucho que decir sobre el respeto hacia los demás y en particular hacia aquellas personas que nos están formando para que podamos ser, no solo un elemento más de la sociedad sino un “elemento sobresaliente”.
El presidente francés Nicolás Sarkozy proclamaba durante su campaña electoral la imposición del “usted”, la imposición de que los alumnos nos levantemos cuando el maestro entra en clase, proclamaba la escuela de la excelencia. Esto nos hace recordar lo que nuestros mayores cuentan de su experiencia en su etapa escolar. Era la escuela de la disciplina, de la autoridad, del miedo casi aterrador a los maestros. Pasada aquella época del “salga usted al encerado”, las nuevas generaciones de docentes, a mi parecer, en un intento de acercamiento entre el profesor y el alumno permitieron el tuteo en las aulas. Desgraciadamente una gran mayoría de alumnos no lo entendieron así, sino más bien como “ yo soy tu colega y te puedes dirigir a mí en cualquier término”.
El usted no debería hacer desaparecido nunca en las aulas. Y no porque ello signifique que con esta reinstalación se va a respetar más al maestro sino porque debemos hacer un uso correcto del lenguaje. El respeto es una cuestión de actitud, de convivencia, de una buena educación de base, de consideración, de dignidad y no de imposición. Y por desgracia hay mucha carencia de esas virtudes. Yo hablo de “tú” a mis profesores y no por ellos les falto al respeto, sin embargo, no considero correcto tutearles. El uso del “usted” tiene que ver más con el conocimiento del lenguaje y con la toma de convivencia de que las jerarquías existen, que la imposición de la autoridad por parte de los maestros.
En resumen, el “usted”, a mi parecer, debería volver a las aulas para así hacer un uso correcto de los registros que nos ofrece nuestra lengua y lo que el uso de ellos implica.
En cuanto al “respeto”, debemos saber que este parte de uno mismo y de la familia para luego hacerlo extensivo al resto de las personas que nos rodean y si eso falla, falla todo. Es primordial que los alumnos tengamos claro el papel que desempeñamos cada uno en el proceso educativo.
Rocío Jiménez García
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