Antiguos profesores

10.03.2011 20:14

 

Otra escuela es posible

 

 

El Festival Solidario de Expresión Corporal ha sido para mí una de las experiencias más sorprendentes de mi vida. No sé si alguna vez volveré a caminar sobre los trazos de la utopía como ocurrió durante esos dos cursos.

 

El currículum cobró un sentido inusitado para mí hasta entonces, llevándonos a traspasar la mera palabrería. Los verbos enseñar, convivir y aprender... dejaban de ser palabras para convertirse en realidades que a mí, al menos, me hacían sentir más vivo que nunca, en contraste con algunas salas de profesores que están más muertas que el fantasma más rabioso.

 

África dejaba de ser una mancha en los mapas. Nieves Crespo, la coordinadora de la misión de Zway, nos visitó y nos trajo un tarrito de poderosa esencia de la lucha por la vida (cada vez que me ahogo en nuestro hipócrita mundo occidental superpoblado de quejas me pongo el vídeo de su conferencia en la antigua biblioteca del IES Valle del Sol: vuelvo a salir a flote).

 

Y por momentos me decía a mí mismo que era verdad que otra escuela es posible. Y me pellizcaba para ver si estaba dormido. Los profesores echábamos horas en un ambiente muy especial. Los alumnos se contagiaban de ese buen ambiente y las clases se nos hacían cortas. Muchísimos de ellos le escribían una carta a los niñosde Zway, desde su incipiente vocabulario y pequeño conocimiento del mundo. Y los profesores nos dábamos cuenta de que en esas cartas los estereotipos conciliadores de efecto placebo de los medios de comunicación occidentales (que se han creado para que nada cambie) saltaban por los aires.

 

Llenamos de estruendo solidario las calles de Álora pidiendo paz, humildad, generosidad, sostenibilidad. Fue una latukada única que partió de Pueblo Nuevo. Era espectacular ver salir a la gente de sus casas a ver pasar la caravana de niños con sus latas y sus pancartas. Fue una latukada cuya preparación los días previos me dio uno de los más hermosos regalos que jamás me han hecho: el apoyo incondicional de mis compañeros profesores ante las dificultades para llevarla a cabo.

 

La Semana Cultural del año pasado me demostró que ese es uno de los caminos importantes en nuestro campo educativo. Cuando la distribución de tiempos (una horrible sirena cada hora te va hundiendo en el pozo de la monotonía) y de espacios (las aulas dejaban de ser j-aulas) cambió, esos días resultaron dinámicos y productivos. Los alumnos lo llenaban todo con su participación, dejando aparcadas la rebeldía, la provocación y la desidia.

 

Y llegaba el día del Festival Solidario. El de 2009 fue increíble. El centro de Álora vivió una jornada de júbilo y colorido inolvidable, con alumnos de 20 centros diferentes de la provincia: esos chavales que pueden ir construyendo ese otro mundo posible que deseamos.

 

Escribir todo esto me resulta difícil y me llena de emoción. Así que aquí me detengo. Muchas gracias (por todo lo que hemos compartido) a los alumnos y profesores del IES Valle del Sol. Allí ha quedado para siempre una parte de mí.

 

Ignacio García Cabrera. Profesor de Lengua y coordinador del Proyecto “Escuela: Espacio de Paz” de 2008 a 2010.

 

 

 

 

Ilusión   

 

Son muchos los recuerdos que tengo de Álora, del IES Valle del Sol, de compañeros, de alumnos….pero aquí me centraré en el Festival. Fue a principios de curso cuando empecé a oír hablar del Festival, no de un festival, sino del FESTIVAL. No sabía de que podía ir la historia, pero llevada por mis prejuicios rápidamente pensé: ¡Qué inventarán estos para no dar clase!

Poco a poco, fui enterándome de más cosas: no se trataba de perder clase, era un festival de expresión corporal y lo que más me sorprendió, es que era con un fin solidario. Nunca había participado en ninguna labor solidaria –por mi forma de ser desconfiada siempre había pensado que el beneficio no llegaba a los necesitados-. Sin darme cuenta, contagiada por el entusiasmo y la ilusión, que partía tanto de alumnos como de compañeros, me empecé a interesar e intenté ayudar en lo que pude.

Cada vez que lo recuerdo, me sigue sorprendiendo la cantidad de horas que se invierten en torno al festival: preparando pulseras, camisetas, pegatinas, música, decorados, bailes… Me sorprenden, la cantidad de recreos que se quedan los alumnos ensayando y la cantidad de tardes que se quedan trabajando muchos profesores, para que ese festival salga adelante.

Por eso, creo, que la palabra que mejor caracteriza al Festival y el IES Valle del Sol es: Ilusión. La ilusión que ponen, aún reconociendo la dificultad y siendo conscientes de la difícil tarea que es, en que “otro mundo mejor es posible”.

Como profesora de Ética, tengo que agradecer, el haber vivido en un instituto donde no hay una ética del deber, sino una ética de la ilusión, del entusiasmo, donde se quiere lo que se puede realizar, donde se esfuerzan y gracias a esa acción, en el mundo hay consecuencias.

No se si volveré a vivir una experiencia semejante…pero si no me vuelvo a encontrar con un centro así, se que el recuerdo del Valle del Sol me dibujará una gran sonrisa que impedirá la melancolía.

 

Sandra Moreno Benítez. Profesora de Filosofía de 2008 a 2010.

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